La línea estratégica Smart Rural dota a las zonas rurales o núcleos de población dispersa de las herramientas, servicios y soluciones que les permitan reducir la brecha tecnológica existente entre los habitantes de las zonas rurales y las zonas urbanas, y así mismo mejorar su grado de confort, generando oportunidades laborales en el entorno rural y utilizando los recursos más cercanos.
Para conseguir el objetivo se aúnan diferentes proyectos que siguen una hoja de ruta que parte de las necesidades reales de los vecinos, identificadas mediante consultas de participación ciudadana, siguiendo de un posterior análisis que evalúa las soluciones que mejor se adapten y den respuesta a esas necesidades, generando riqueza local, capacidad de emprendimiento y desarrollo territorial, y una vez completada esta fase y como culminación la hoja de ruta se toman decisiones y se procede a la implantación de las diferentes soluciones técnicas o de procedimiento.
Los proyecto son participativos y están integrados por ayuntamientos, agencias de desarrollo, empresas, ciudadanos y agentes que puedan ayudar a la consecución de los objetivos.